martes, 29 de enero de 2008

RELATOS A VUELA PLUMA: LA ALBERCA, VIDA DE UN P0UEBLO EN CASTILLA (DE NIÑO A MOZO-AÑOS 6 0)

Relatos a vuela pluma: LA ALBERCA, vida de un pueblo en Castilla
El paso de niño a mozo (años 60)
Cuando los chavales salían de la escuela, 13 ó 14 años, tenían que empezar a ayudar ya en serio en la familia. Trabajando en el campo, en el monte (carbón, repoblación forestal,...),acarreando leña,,heno, estiércol,...; haciendo trabajos tanto agrícolas como ganaderos. La presentación en sociedad podríamos decir que comenzaba oficialmente con el tallaje para ir a la mili. En verano empezaban a salir a los pueblos de la provincia, o a Castilla, a la siega, ganaban unas pesetillas para el sustento de las familias, para las fiestas y para comprarse una gorra donde la Pilata que luego capaban al menor descuido los amigos y se compraban también ropa para las fiestas y la navaja. Raro era el joven que no tenía una gorra negra y una buena navaja en su faltriquera. Los de la quinta se reunían y anunciaban su marcha en el juego de Pelota, “Viva los quintos del...”
Los domingos por la tarde después de acabar el baile suelto de la Plaza y a continuación del “picú” de Gabi los mozos salían a rondar por las calles:”A los pobres quintos/ los van a llevar /a pelar ”feneques” / a la capital:// Las madres son las que lloran/ y las novias no lo sienten/ se quedan cuatro chavales /que con ellas se divierten.// Seguían con el Gerardito,” dime dónde vas morena”, “pelona sin pelo”,...
Ya podían tirar “cubetes” en las fiestas y en las cuartillas. Mostrar sus habilidades explotándolos en el rincón de una puerta o subiendo a la capullina del árbol de San Juan y saltando por encima de las hogueras,... En las fiestas unos bailaban el Ramo con las mozas; otros hacían papeles en la Loa o en las Comedias. Pero sobretodo demostraban sus habilidades montando a caballo o a correr los gallos. Los jóvenes albercanos siempre destacaron por las destrezas que tenían dominando y echando carreras con las caballerías. Y después de un trabajo duro en el campo o en el monte ¡cómo les sobraban fuerzas para bailar suelto en el empedrado de la Plaza!

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