viernes, 25 de julio de 2008

VIVENCIAS (AL CALOR DE LA LUMBRE DE SUELO)









































----ESCRITOS A VUELAPLUMA---


(Ofrenda , pasos sin dar la espalda a la Virgen, Dn.Isidro hace de guía para que la ceremonia se haga con arreglo al protocolo y salga lo más vistosa posible)
-Estas ceremonias con reverencias y realizadas como manda la tradición han distinguido a La Alberca de los demás pueblos-



(La Fuente Canal con sus fósiles, cruz e insignias de la época- obra e idea de Dn.Isidro Puerto, muestra el extraodinario gusto de una obra por entonces moderna y bien hecha)


Si ha habido una persona que para mi se merece y tiene la máxima distinción de INSIGNE E ILUSTRE ALBERCANO ha sido, sin duda alguna, Don Isidro Puerto.
Quienes tuvimos la suerte, tanto de niño como de mayor, de compartir y disfrutar con él, el gran cariño que mostraba por las cosas de su pueblo seguimos teniéndole presente en nuestra memoria. Porque, raro era el momento estando con él que no se hablaba de la historia, de la vida o de las leyendas de La Alberca, de la Peña de Francia o de otros pueblos y lugares de la Comarca de la Sierra de Francia.
De niño íbamos con él a la Cuna, a la Hoya, al Pucherino del Río Francia y pasábamos por las Ferrerías a saludar a Ferino. Otros días tocaba la Chocia, donde un mal día nos retuvo una tormenta hasta altas horas de la noche. O la Mataricho, el huerto que se llenaba de helechos y había que saber cortar sin "cortarse las manos". La Dehesa,El Portillo, La Canalita,La Laguna de San Marcos, Majadas Viejas,... Caminaba con un buen palo que le servía para quitar las zarzas del camino. Las gentes de La Alberca decían que fue el único alcalde que se preocupaba por tener limpios y adecentados los caminos. Ir de paseo o de excursión con Dn. Isidro era ir sonriendo con sus bromas, ocurrencias, mientras se aprendía a conocer insectos, hojas, plantas y diferentes tipos de árboles. Recuerdo el verano que hice una gran colección de hojas y plantas de todo el entorno y después de habernos dicho el nombre común o vulgar ya en su casa lo confirmaba con el científico en latín. La colección le agradó muchísimo al Catedrático de Ciencias Naturales del Instituto de Salamanca.
Ya de mayor fueron bastantes los días de charla al calor de la lumbre de suelo de su cocina.
Era nuestro lugar predilecto porque desde ella, al lado de la Solana, mientras atizaba la lumbre y nos agasajaba con ese chorizo tan especial que él sabía hacer, y un vasito de vino tinto del Soto, nos gustaba contemplar el amplio panorama que desde allí se divisaba, la Peña del Huevo, la Peña de Francia,... ¡Cómo para no hablar, contar y si hacía falta inventar historias o acontecimientos!. Mientras te enseñaba la gran colección de braseros de cobre, faroles, sartenes,... que a modo de pequeño museo admiraba tanto a sus amistades..
Estuvimos con él, en la Peña de Francia, durmiendo en la Hospedería, haciendo el camino a pie como buenos montañeros.Y allí sabía más de Simón Vela, de la Casa Baja o de la moza santa de Sequeros que muchos frailes. Desde lo alto conocía todo el amplio panorama de villas y pueblos que se divisa. "¡Corio, seguro que toda esa zona son las Quilamas! y no se equivocaba".
También estuvimos con él ,varias veces en las Batuecas, hablando de Jarero, del Padre Cadete, de fósiles, de pinturas prehistóricas y del Chorro ,la gran cascada del Río Batuecas.
¡Ay que ver, lo buena que estaba la carne asada que preparaba en el campo Dn. Isidro!
Luego en el invierno, allá por los años 60 mientras las gentes del pueblo emigraban compartimos con él la gran preocupación que tenía de sacar al pueblo adelante. Y nos hablaba de las posibilidades del embutido, del jamón, del chorizo, de las obleas, del turrón, de la miel, de las fiestas, de las costumbres, mejoras de carreteras,.... Escribía artículos en el periódico y hablaba con cualquier persona que tuviera cargo, nombre o autoridad que se interesara por el futuro de estos pueblos.
Hoy desde la memoria seguimos recordando en estos sencillos escritos a vuelapluma los buenos momentos que tuvimos la suerte de compartir con quien para nosotros fue el más INSIGNE E ILUSTRE ALBERCANO de aquellos difíciles tiempos de la posguerra.

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