viernes, 11 de febrero de 2011

LAS CARBONERAS























LAS CARBONERAS
Esta foto me entusiasma porque me trae a la memoria la vida y costumbres de un grupo de personas que hacían todo lo posible por vivir en su pueblo en unos momentos tan duros y difíciles. En primer lugar añoramos el monte, aquellos montes comunales donde podían ir las cabras y donde crecía en su entorno más natural el brezo, el roble, las escobas,… El hombre aprovechando la naturaleza hacía como en otros muchos pueblos de España las clásicas carboneras del momento Reconocemos a la mayoría de las personas que se pueden distinguir en la foto. Para hacer una buena carbonera había que recoger la leña, cortarla y formar el horno que después se recubría de tierra con su correspondiente tiro o chimenea. En algunas carboneras se accedía por fuera con una escalera y había que estar vigilando la cocción durante algunos días; para ello se hacía una caseta o cabaña de escobas que servía para guardar las herramientas y también para poder descansar y vigilar. El carbón una vez extraído se colocaba en sacos (recuerdo un maestro que hizo una especie de cooperativa para facilitar el uso de los mismos). Los sacos de carbón se llevaban en caballerías a un almacén y de allí se llevaban a vender generalmente a Salamanca.(Salamanca la blanca / quien te mantiene/ cuatro carboneritos /que van y vienen)
El carbón tenía bien un uso doméstico y se llamaba cisco y era el carbón vegetal menudo empleado en los braseros. ¡Qué peligrosos eran los tufos –monóxido de carbono- que a veces producían! También se empleaba para uso industrial. ¿Quién no recuerda las herrerías del señor Antolín en la calle del Tablado y la de Isidro en La Puente? con el empleo de la forja del hierro para balconajes, herraduras,… En algunas casas en las que se utilizaba menos la lumbre del suelo había una carbonera para guardarle y suministrar a la hornilla de la cocina. Esta tenía una rejilla y debajo se encendía con unos papeles; por ahí se sacaba la ceniza y se podía avivar el fuego por medio de un sencillo soplillo, cuando no un cartón…A partir de los años 60 con el uso del butano empezó a disminuir el uso del carbón
También recordamos las planchas que tenían un contenedor para meter el carbón ardiente para calentarlas y los braseros de chapa dura que se adosaban en los bajos de las camillas. Los braseros se ponían a medio día, aprovechando la lumbre de suelo de la cocina y tenían su “lambrera” (para calentar los pies)y la badila.
Las carboneras eran auténticas obras de arte, basta ver algunas ilustraciones aunque sean de diferentes lugares para ver la curiosa forma de hacerlas. Hoy ya solo quedan en la memoria de unos tiempos y trabajos muy duros que gracias al monte se podía ir tirando para sacar algunas pesetillas para comprar el pan. Mientras avanzaba descaradamente la repoblación forestal que iba a dejar a los pueblos sin montes, sin cabras, sin carboneras y de los que también se podían obtener algunas cargas de leña para el invierno. La emigración empezaba a despoblar y a entristecer a nuestros pueblos. Pero, no obstante las carboneras dieron buenos momentos de vida y satisfacción.




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