viernes, 22 de junio de 2012

SOROLLA, LA ALBERCA Y EL ENCARGO DE ARCHER

SOROLLA ,

 LA ALBERCA

Y

EL

ENCARGO


DE


ARCHER



HUNTINGTON



 El jueves 5 de Marzo de 2009 con el título “Joaquín Sorolla en La Alberca-La Fiesta del Pan” recogíamos una carta aparecida en el País bastante significativa. Se dirige a su esposa Clota, el 11 de junio de 1912 y aunque por una simple carta no se puede juzgar la opinión que se llevara Sorolla de La Alberca parece no ser muy grata su estancia pues se queja de todo.
Quizás echaba de menos a su esposa pero sus ojos en el Traje de Vistas sí habían quedado bien puestos. No le interesaría resaltarlo, por temor al precio posterior que pudiera tener. Se queja mucho del encargo de Archer Huntington, pero bien se benefició posteriormente del mismo.
No pensaba lo mismo que él, otro valenciano, pisano de Sorolla, que 28 años después y gracias a su iniciativa, Ismael Blat. La Alberca recibió un honroso título de reconocimiento nacional, al ser el primer pueblo de España en ser declarado Monumento Nacional.
Visitando el Museo de Sorolla en Madrid es Covadonga Pitarch quien ahora nos comenta el origen del mismo y la colección de joyería que dispone: “El contrato entre Sorolla y Huntington, firmado el 26 de noviembre de 1911, en París, se conserva en el Museo. En él, Sorolla se comprometía a entregar, no sólo los cuadros, sino, también, los trajes que utilizara para documentarse.
 «Entregar una decoración pintada al óleo, de tres o tres metros y medio (si el motivo artístico lo requería) por setenta metros de largo, sobre motivos que serían tomados por representaciones de la vida actual en España y Portugal. Además prometo entregar a The Hispanic Society of America todos los bocetos que hube hecho, y los trajes que para este objeto utilizase (pero no los estudios)
También conocemos, por la correspondencia que mantuvo con su mujer, la insistencia de Sorolla en adquirir toda una colección de trajes populares; que se conservan en el museo. Junto con esta colección textil, Sorolla debió adquirir la joyería que lo complementaba, pues estos trajes no se comprenden completos sin la joyería que les es propia y que es, también, complemento y reflejo del gusto popular.
Así, en la carta de Andrés P. Cardenal a Sorolla, el 17 de septiembre de 1914, queda reflejado que se compraron los trajes junto con sus joyas. La finalidad era tanto documentarse, como enviarlos a la Hispanic Society of America. «Escribí a V. a Madrid, significándole los perjuicios que me irrogaba, el que V. decidiera, según apuntaba su última cata, no quedarse con el traje de albercana que por su encargo y para Mister Huntignton he adquirido. (…) Como en mi anterior le decía, las prendas y alhajas compradas por mi, constituyeron un traje completo, clásico y rico de albercana con sus alhajas; y si estas no son hoy, en el número que las de que V. vió, puedo adquirir las que faltan, en un plazo de dos o tres meses, en el momento en que V. me autorice a ello y con ello el encargo de Mister Huntington, quedará cumplidamente hecho y a precios más económico. »
Ya en la carta del 14 de enero de 1915, Andrés P. Cardenal deposita tanto el traje, como las joyas en casa del pintor:«Mi distinguido amigo: le dejo a V. en su casa el traje y las joyas de albercana, con la lista de todas las prendas y alhajas. Asciende el total a 752,50 pts, que V me abonará como le sea cómodo. Estoy hoy a sus órdenes en el Hotel Imperial, calle de la Montera. Su amigo íntimo Andrés P. Cardenal »
Andrés Pérez Cardenal, ocupaba un alto cargo en la Administración salmantina de aquella época y era autor varios libros sobre la sierras salmantinas.
La colaboración que tuvo con Sorolla sobre el encargo de Mister Huntington queda patente en las anteriores líneas que gracias a las publicaciones del mismo hoy podemos bien conocer.

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