martes, 6 de mayo de 2014

LAS HURDES-DÉCADA DE LOS SESENTA--y V-






































































Hasta aquí el Diario que fui haciendo a vuelapluma, sin cuidar el estilo, la letra ni la ortografía. El fin especial era anotar todo lo que nos iba pasando y el viaje fue de unos conocimientos  extraordinarios. Bien es verdad que me admiró, el estado físico de José María pues acababa de salir de una difícil enfermedad y yo estaba acostumbrado a "excursionear" por Batuecas y Peña de Francia con Don Isidro. A todo se apuntó con verdadera ilusión, menos a las correrías con Canó y Lolo en moto que hicimos por los mejores pueblos de las Hurdes. Pero el fin estaba conseguido, yo este diario lo he tenido guardado hasta ahora. José María publicó el viaje en unos artículos "Las Hurdes en auto- stop", una pena que el artículo tercero de él, de momento no lo tenga.  Fueron muchos los viajes, itinerarios y sitios que visitamos juntos. Pese a nuestra diferencia de edad por aquel entonces nos entendíamos perfectamente. Luego en La Alberca en Los Pinos del señor Román, en nuestros ratos libres hablábamos de todas estas correrías. Pero su verdadera amistad estaba con mi padre, leyendo, repasando y anotando cosas, todas las tardes de los veranos con el fin de escribir un libro sobre La Alberca que mi padre ni  podía ni quería hacer y continuamente animaba a José María para que los dos pusieran marcha a ese librito que salió por aquel entonces titulado: "La Alberca, monumento Nacional", con portada Cabeza de Vieja de Mary Tere Barcala.
De nuestra excursión de Las Hurdes, tengo que agradecer el buen trato que nos dieron. Íbamos sin máquina de fotos, con estas hojitas sueltas en las que anotaba todo cuanto veía, hablábamos o comentábamos. A las gentes decíamos que éramos de La Alberca y se extrañaban que hacíamos por allí. No nos dejaron pagar  en ningún sitio nada, excepto en Mestas que ya empezaban a oler el turismo y el "ciripolen". Bien es verdad  que había maestras y curas de La Alberca y que mi padre era muy conocido por allí. Pero el dato más curioso, es que se alegraban que hubiéramos ido para que conociéramos las cosas tal como eran, charlando, cambiando impresiones. Y en las alquerías más atrasadas, al vernos por allí nos preguntaban que si vendíamos algo.
"Miseria, mucha miseria", nos decían. Sabían que había una leyenda negra y no todo era lo que se contaba.
Posteriormente he dio muchas más veces en excursiones o caminatas. El año pasado cuando fui con mi mujer, aunque no fuimos a la zona del Cotolengo, vimos el cambio tan grande que ha habido.
Merece la pena ir a La Alberca, pasar por Batuecas y adentrarse en todo ese maravilloso paisaje que origina el río Malvedillo y leer a Legendre, a Unamuno, a Gabriel y Galán y conocer la historia de toda esta gran región que engrandece al hombre. "Ni los holandeses contra el mar" palabras de Don Mauricio Legendre. Y luego si puedes, amigo lector, vuelve por Salamanca, no olvides de ir a Herguijuela de la Sierra, para mi el pueblo de más inquietudes de Salamanca y aunque Sebastián, Jesús Sanchez Y Daniel ya no escriban en El Adelanto, seguro que allí te vas a encontrar mucha alegría entre sus gentes y grandes sorpresas en el recorrido por el pueblo.

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