domingo, 1 de junio de 2014

DE LAS CIUDADES MÁS BELLAS DE ESPAÑA / LA CÁRCEL PÚBLICA



-“Una cárcel sin pueblo es como un rabo sin perro, no atina a coger la mejor dirección”- Uno mismo-

Si lo has visto no te acostumbres a poner faltas-tiene remedio al final.-



DE LAS CIUDADES MÁS BELLAS DE ESPAÑA:
LA CÁRCEL PÚBLICA

Hoy gracias a Dios ya en desuso, pero su magnífica puerta y candado de hierro nos hace recordar aquellos tiempos infantiles, en los  que en alguna ocasión vimos escenas poco agradables.
 No hay que equivocar la cárcel pública con los utensilios de castigo que tenían las sedes inquisitoriales. La cárcel pública era una consecuencia de administrar orden y justicia en momentos determinados y ocasionales. La sede del partido judicial estaba en Sequeros.
No obstante la carga de contrabando de café, si era pillado tendría aquí su correspondiente espera judicial, lo mismo ocurría con la pelea callejera, de taberna,…
Recordamos lo llenas que se ponían las tabernas en los atardeceres y días festivos. 
El tintorro que manchaba con fuerza los labios, las jugadas de cartas, las porfías y peleas;
el aguardiente que resucitaba a un muerto, el metro de vasos de vino en la apuesta,…,el n´ay club de Marcos,..con la singular presencia de  los pellejos que rezumaban fuerza bravucona; el bote de carburo en los días de fuertes lluvias, el tabaco que se liaba y era pura trilita,.. Y al menor tropezón, broma o amorío entre desiguales, ocasionaba el encontronazo que en algunas ocasiones terminaba en la clásica encerrona.
Si había herida ¡a don Luciano!, con la obligación de dar parte. En una ocasión- decía mi padre- tuve que reunir a la gente en el teatro para advertir un poco a determinado personal porque los navajazos los fines de semana ya se pasaban. Y al parecer tuvo efecto la advertencia.
Pero si la cosa iba a mayores, las autoridades y el Juez de Paz mandaba ocupar esta sala que se tenía para tal fin. El calabozo estaba en el fondo y no se veía desde fuera.
Las mujeres cuando veían la cosa seria esperaban en la puerta de las tabernas y así era muy habitual verlas  por allí  asomadas  con disimulo ,y salir el valiente de turno a advertir ¡Tú, vete ya “pa” casa eh!.
Si la cosa iba a más con internado del causante, las mujeres se ponían junto a la reja y llevaban comida y manta al inquilino provisional, que solía salir al día siguiente.
Recuerdo en una ocasión que con unos amigos cortamos un roblecito cerca de la casa del Arquitecto y cómo el señor que nos pilló nos llevó a la plaza cogidos por la oreja, nos enseñó la cárcel y mi padre no puso ningún inconveniente, menos mal que aquel buen  hombre, que esté en la Gloria,  nos vio demasiado chicos y  no quiso que se manchara nuestro expediente infantil.
 Sin embargo una noche por llegar de la Chocia a las tantas me dio la fama de ser uno de los famosos “colgados del balcón” y también por haberle cambiado el sitio a los paquetes de tabaco de mi padre que Kisco, Martín,Fausti,..recuerdan muy bien y sonríen cuando recordamos aquellas tristes hazañas.

Estas historias son la salsa y picardía de la singular vida de pueblo que uno disfrutaba mucho y hoy aún teme al recordarlas porque el toro del Soto que se perdió, aparecía a los chavales nada más salir por la Fuente del Indiano hacia adelante,  o la Ermita de San Antonio camino del cementerio. Si hubiéramos tenido una capa o una muleta decía Carina, igual que Silvi,  hubiera sido diferente pero con un saco y un palo no podías llegar a ninguna parte. Y así sucedió. 
El toro cuentan que aún no "ha aparecío" del todo y que se transforma en jabalí por allí por las Casitas del Huerto  en los atardeceres de luna llena...Y de ahí la canción.

Foto-1: Adivina donde está Willy, foto para despistados.
Foto 2 -Cárcel actual, térmica y con doble  ventanal.
Foto 3 - Inversión acertada.





























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