sábado, 7 de febrero de 2015

HOJAS CAÍDAS DEL ÁRBOL

 HOJAS CAÍDAS DE ÁRBOL
Este montoncito de hojas abandonado en un camino nos trae a la memoria aquellas cargas de hojas de castaño o de nogal que se traían del campo al pueblo para recubrir el suelo de cuadras y establos donde moraban burros, cabras, vacas, mulos,… y contribuían a formar el necesario estiércol que necesitaban sus pedregosos campos, tan necesitados de materia orgánica.
Había quienes, aprovechando la gran cantidad de animales que pasaban delante de sus casas, extendían momentáneamente hoja, que después introducían al interior de la cuadra.
Así se formaba el estiércol que en La Alberca se llamaba vicio. Y cuando llegaba la época de abonar los campos, se transportaba de nuevo  para extenderlo después en los huertos, huertas o paredones empobrecidos.
¡Y qué ricas –pese a lo mal que pagaban al agricultor- estaban las patatas albercanas!
La hoja caída del árbol había contribuido para que se realizara este proceso de la mejor forma natural posible. Y si se dice del cerdo se aprovecha hasta su sonrisa, del castaño y del nogal la hoja caída ha servido, además de excelente lugar de reposo para los animales;  para limpiar sus campos de malezas- en un tiempo que estaban permitidos y controlados los fuegos- se evitaba  que el hielo dañara a sus árboles; las cuadras tuvieran malos olores, cubriendo el suelo de la calle para determinadas faenas, ...
Y trovando nos dice Peromingo:
                                              Hojas caídas del árbol
                                              Juguetes del viento son.
                                            ¡Y cuántas veces! Remedios.
                                              De excelente condición.





No hay comentarios: