sábado, 21 de febrero de 2015

LECCIONES DE VIDA DE PUEBLO- I- ¡PITAS! ¡PITAS!...

 LECCIONES DE VIDA DE PUEBLO- I-
      - ¡ PITAS!  ¡PITAS! ¡PITAS! -

Cuando los pueblos eran pueblos, envidia de las ciudades. Aunque hoy hay  algunos pueblos que son medio pueblos y medio ciudades.
Te entiendo, que siguen teniendo cosas de otros tiempos y en otras están modernizados, incluso más que algunas ciudades.
Sin embargo, ya no ves pasar vacas por las calles, mulos cargados de hojas,  cabras relamiendo las paredes de cal, gallinas revoloteando desde lo alto de sus ventanas y otras rebuscando lombricitas o granitos que quedaban entre los resquicios de su empedrado. A todo esto el gato siempre pendiente del puchero y del ama de la casa, y el perro pendiente que el gato no vaya a hacer  de las suyas.
Pues bien, la señora Tomasa, que se pasaba mucho tiempo cosiendo a la puerta de su casa y pendiente que algún coche no atrapara a alguna –de los dos o tres que pasaban al cabo del día-. Cuando llegaba la hora de recoger se levantaba de su banqueta con el clásico ¡Ay, Dios mío!, clavaba en su rodete de pelo las agujas de hacer punto y empezaba a llamar a sus gallinitas: ¡Pitas! ¡Pitas! ¡Pitas!... Acompañaba a la llamada  unos  chasquidos  con sus dedos; ellas comprendían su mensaje y la seguían a todas partes. Eran fieles a su dueña, quizás por la cuenta que les tenía, aunque alguna le costase un asustadizo revoloteo.
Traspasando esta lección al mundo infantil,  los niños con la malicia propia de la edad cuando veían que algún adversario les imitaba sus juegos o sus cosas les hacían el chasquido propio de los dedos, diciéndoles al mismo tiempo: ¡Pitas! ¡Pitas!¡Pitas! con la puntilla correspondiente de malicia. Se entendían al instante que eran unos imitadores, sin ideas propias. Lo siguiente se lo dejamos al coplero de Peromingo:
Si sigues el mismo juego / y encima te regodeas
No te extrañe que haya luego
Burlas, decires, peleas,…
¿No te acuerdas que de chico / se decía así en La Alberca?
¿Copias al que tienes cerca?
Pues sabrás que haces el mico.
Y como encima le imitas / No te extrañe que te sigan
Y al mismo tiempo te digan:
¡Pitas! ¡Pitas! ¡Pitas! ¡Pitas!

















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