jueves, 18 de junio de 2015

PERSONAS SENCILLAS: DORITA

PERSONAS 
SENCILLAS: DORITA
Si tuviéramos que hacer un monumento a las personas sencillas. Ese monumento iría destinado a Dora, Dorita en denominación cariñosa.
En aquel rincón de la calle del Tablado, de la Inés; de la Dolores; de la Santiaga; de Juan Manuel Cacharro; de Don Domingo; de la  Juana la madre de Poli; de la Aurelia la madre de José María; de la Maína; de la Socorro; de Martín el zapatero,…Había una persona que se distinguía por su porte sencillo y elegante. Era Dorita, hermana de Martín un excelente zapatero y cazador los fines de semana; como Vicente el herrero y el grupo de Félix, el de la Cantora.
Martín, era un zapatero de lujo, pero la guerra –según nos contaban por aquellos años- le había tocado un poco en torno a su manía de no pasar de la Fragua de Vicente al pueblo. Los pedidos y arreglos de zapatos los traía y llevaba Dora a todos los clientes del pueblo
Cuando Dora se iba a San Sabastián, a estar con sus familiares, íbamos a casa de Martín; raro es que no estuviera.
El caserón donde vivía tenía una estampa y fachada curiosa, con su entrada techada de madera y unas escaleras primas hermanas de la oscuridad de la época. Llamabas, levantabas el picaporte y allí tenías a Martín siempre trabajando. Ni  siquiera le detenía un momento la alegría y trastadas de su sobrino Juan Mari que con su escopeta de perdigones donde ponía el ojo caía el pájaro al instante.
Con Juan Mari fuimos compañero y amigo de juegos de “cañibetas”, banderillas de zarzas, carreras de aro por todo el pueblo, malabaristas en lanzaderas por la Huerta La Chanca, competidores en el lanzamiento de la chirumba, del bote de carburo,…

Hoy Dorita está en la Residencia de personas mayores de las Eras, en el rincón no ha quedado nadie, me dice Socorro. Y Dorita sonríe en silencio y con muchísima delicadeza; seguramente al saber quienes somos y recordando aquellos tiempos en los que el que escribe hacía también las veces de albañil, arreglando y desarreglando el singular hoyo de piedras y tierra que había a la entrada de su casa.

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