lunes, 6 de julio de 2015

¿POR QUÉ ME HICISTEIS MONUMENTO? -VILLA MEDIEVAL- ENTORNO Y VIVIENDA









































¿POR QUÉ ME HICISTÉIS MONUMENTO?

                                      -I--ANTECEDENTES DE VILLA MEDIEVAL

1- Entorno comarcal y vivienda:

A comienzos del siglo XX aún eran muy marcadas las diferencias existentes entre los pueblos, villas y aldeas de España. Caracterizadas por su emplazamiento, sierra o campiña, materiales de construcción o modos de vida.
Había que llegar a los pueblos de las sierras salmantinas para ver la gran diferencia con los demás pueblos de la llanura o campo salamanquino de amplias extensiones de trigo,  cereales,…
Los pueblos de las sierras de Béjar y Sierra de Francia se caracterizaban por sus viviendas y construcciones altas, acentuando el verticalismo de las mismas. Esto daba lugar a que en un mismo edificio estuvieran muy a mano sus diferentes dependencias.
En la parte baja tenían sus cuadras, con establos, pesebres, bodegas,… Conviviendo cerca del hombre los animales domésticos.
Se accedía a la vivienda por una escalera lateral que iba dejando a su paso primero la cuadra, después diferentes dependencias de la vivienda, con los dormitorios. En un piso más alto, la cocina con su lumbre de suelo, llar, entremijo, cantareras, basares, sequero,… Y en la parte más alta del edificio el “sobrao”, donde se guardaban herramientas, productos de la casa, heno, el secadero de la matanza, el horno,…
Estos grandes caserones entrelazaban sus vigas y tabiques unos con otros, de modo que si uno cedía en algo seguían hermanados en lo mismo con los más próximos.
En la parte baja, bloque de granito eran la base, sostenían la construcción. Seguidos del clásico armazón de vigas de madera, con sus entramados, viga madre, rellenos de piedra, cantos, barro, cal y recubiertos al exterior por tablas de castaño dispuestas en plano horizontal que protegían de las inclemencias del tiempo.

Este adosado en la construcción de unos grandes caserones con otros, con tejados inclinados y atrevidos aleros que recubrían a balcones y corredores de madera, daban lugar a que se originarán esquinas, salientes y rincones de atractiva belleza para pintores y escritores amantes del lugar recóndito con ventaninas y portones que invitaban a imaginar los lugares desconocidos de la vivienda.







































































































































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