domingo, 30 de agosto de 2015

DE DON CESAR A ELISEO
















DE DON CESAR A ELISEO
A veces hablamos muy poco, sí  de los maestros, quizás  porque también he sido y soy maestro.
Don Cesar fue una auténtica institución en La Alberca, en este setenta y cinco aniversario de su designación como Monumento Nacional se le tenía que haber hecho mención por su entrega a la formación de tantas generaciones albercanas y por su gran  amor al pueblo y personalidad. Alegra recordarle con sus bigotes tan característicos de una época. Lo mismo que tener presentes a doña Carmen, a Amelia, a Elisa y a Ana Mari, que Dios la  tenga en la Gloria, tanto tiempo de niñez compartida.
Pero a Eliseo le ha pasado un poco como a mí. Cuando se vive en un pueblo donde nuestros ascendientes se han distinguido por su gran personalidad. Buscamos la sencillez en el trato, en el trabajo, en la vida, en las amistades,…
Y Eliseo más que yo, que hice mis treinta y cinco  años de profesor lejos del pueblo. Era  muy respetado, una persona trabajadora que iba a lo suyo que era siempre su profesión de maestro; no se quería distinguir en nada, pese a lo mucho que él sabe que valía y así era considerado. Trabajar en su pueblo bastantes  años siendo docente y siempre bien reconocido ya es decir mucho, el tenerlo que hacer ante sus paisanos.
Hoy Eliseo no vive en La Alberca, aunque  nos enteramos que en los veranos, siempre que puede,  le gusta  descansar allí unos días. Nosotros cuando por las tardes pasamos junto al edificio de la vieja y siempre nueva escuela, aprovechamos para echarle una ojeadita y nos  vienen a la memoria: Don Cesar, Doña Aurora, Doña Rita, Doña Teresa, Don Gerardo, Doña Agustina, Don Severino, Don Rufino, Doña Isidora, Don Juan, Doña Lucía, Doña Vicenta, Fernando Tapia,…Y tantísimas personas más, que no nos vienen ahora a la memoria. 
Pero el momento es para celebrar los 93 años de Eliseo.
A través de facebook  me entero de lo que nos cuenta su hija Esther.
¿Qué dices, noventa y tres?
Pues será. Mas  no lo veo.
Si está, lo mismo que ayer.
Nuestro gran maestro, Eliseo.

¡Qué duras las matemáticas!
Pero cuanto nos costaban.
Es que entonces cateaban.
Las hacían antipáticas

Quince días en verano
Y si vas con  Eliseo.
-Lo decía don Luciano-
Terminará tu bloqueo.

Y el Thales ya no era el Thales
Y al Pitágoras no temo.
Voy alegre, le tuteo
Nada de estar aburrido.

¡Qué abierto con los chavales!
Y sin darme cuenta remo.
El camino es conocido:
Ser maestro y agradecido.

X- De Carmen y Lolita González Varea, recibí esta foto.
      El peque que está en brazos es quien esto escribe























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